Cada viaje necesita un comienzo, y el nuestro comenzó hace 16 semanas.
Justo entonces lanzaba mi ya aconstumbrado reto anual para enganchar a más gente a esta droga dura llamada deporte y a caminar al lado de un estilo de vida más saludable.
Este año, el reto elegido para hacerlo ha sido la Reebok Spartan Race de Bilbao. El pasado sábado 24 de Junio llegaba la mítica carrera a Artxanda, acompañada de la característica lluvia de Bilbao, para que los miles de espartanos venidos de fuera siguieran extendiendo la leyenda de que por aquí arriba siempre llueve.
Y entre esos miles de valientes había un grupo dispuesto a completar la distancia Sprint para, como dice el lema de la carrera, saber lo que es ser un espartano al cruzar la línea de meta. (You’ll know it at the finish line!).
Y si, lo consiguieron. Lo hicieron trasladando los valores de superación personal, compañerismo y lucha al deporte, con un trabajo en equipo que hizo que en más de una ocasión se me pusiera la piel de gallina viéndoles cómo se ayudaban unos a otros a lo largo del recorrido por la montaña plagado de obstáculos.
Verles trabajar como equipo, comportarse como verdaderos espartanos y sacar lo mejor que tenían dentro para llegar al final, fue para mi la mayor de las recompensas que podía tener. Dejaron el miedo en la línea de salida, allí donde era más débil y superaron todos los muros (literalmente) que les pusieron por el camino.
Sin mirar el reloj, porque ese no era su juego. Respetando el espíritu de equipo y superación fueron merecedores de su medalla en la meta, esa que acredita que ya eres un espartano, y que probablemente ya nunca puedas dejar de serlo.
Una vez, la magia se hizo, y el deporte nos demostró que es algo más que hacer ejercicio. El deporte enseña valores a pequeños y a grandes. Da lecciones de humildad y de grandeza. Regala autoestima y aporta confianza para comerte el mundo.
Solamente me queda volver a darles las gracias a mi equipazo por dejarme acompañarles estos 4 meses y hacerme disfrutar tanto del camino y del día de la carrera.
Gracias BASproject por confiar en mí!!!
P.D.: Gracias también a toda la gente que apoya a cada uno de estos espartanos para poder llegar hasta aquí. A los que ayudan en casa para que puedan ir a entrenar, a los que motivan con sus palabras cada día, a los que se acercan a hacer miles de fotos para tener un bonito recuerdo de la carrera, y a los que como mi hermano, mi cuñada y mis 3 sobrinos, se pasaron más de 8 horas en Artxanda acompañándome en otra de mis aventuras.
¡¡¡GRACIAS!!!