¿Cuántas veces te ha pasado que estás sentado en el sofá viendo la tele y de repente te das cuenta que llevas 2 horas picoteando sin parar? ¿Y levantarte a mitad de la noche e ir a la nevera instintivamente? ¿O terminar de cenar y apenas en 15 minutos ir a por la caja de galletas y no parar hasta que se acaban?
Y como consecuencia de todo esto, acabas con la tripa como una bola, una digestión super pesada y encima de mal humor.
Por lo general se trata de una adicción física a la comida. No es una necesidad nutricional, sino emocional.
Y esto ocurre muchas veces cuando estamos “ a dieta”. Y ocurre, porque las dietas NO funcionan. La palabra “dieta”significa “abstención total o parcial de alimentos”, es decir, que ya el significado lo relaciona con privación, con negación y con escasez. ¿Y quién puede estar así mucho tiempo? Al final acabas deseando todo lo que se te ha “prohibido”.
Normalmente solemos hacer dieta para bajar de peso, o para que los análisis de sangre salgan mejor que en la analítica anterior. Y se nos olvida que la comida es para vivir, y no para perder peso.
Comemos para nutrirnos, para que nuestro cuerpo funcione bien, para que nuestro motor y nuestra carrocería esté en perfectas condiciones y nos lleve muy lejos. ¿ Recuerdas el post donde hablábamos de ello ?
Si en vez de pensar en lo que puedo y lo que no puedo comer en función de esa dieta que solo está pensada para adelgazar, pienso en lo que es beneficioso para mí y en base a eso hago mis elecciones, no nos sentiríamos privados de nada. De esta manera sería fácil llevar una alimentación correcta, porque hemos elegido alimentos que se que son buenos para mí, que van a hacer que goce de una mejor salud, por lo que me sentiré mas vital y mas feliz. Lo que comemos es lo que hemos elegido comer, porque sabemos que es beneficioso para nosotros y porque disfrutamos con ello.
Emocionalmente, hay también muchas razones por las que hacemos malas elecciones y nos enganchamos a alimentos que sabemos que no son beneficiosos para nosotros, o nos pegamos atracones de comida sin sentido, pero lo hablaremos en otro post mas adelante.
De momento, para empezar a hacer mejores elecciones, simplemente cambia la motivación que te ha hecho empezar la dieta, sería suficiente.
Yo quiero verme sana, feliz, vital, enérgica, fuerte, contenta…, ¿ y tú ?