Alguien debía habernos avisado de esto, ¿no creeis?.
Si, de esta adicción desmedida. De estos picos de adrenalina que tan bien nos hacen sentir. De esta felicidad extrema y ausencia de cualquier preocupación o problema que vivimos dentro de esas 4 paredes.
Todo empezó por ponerte en forma, por «matar» el tiempo ( y resulta que en vez de matarlo, lo reviviste), por conocer gente o por bajar unos kilitos.
Y resulta que semanas, meses y años después sigues acudiendo allí cada día, siempre que puedes y con una sonrisa en la cara por pasar el mejor rato de la jornada.

Ya no importa por qué empezaste. Ahora hay algo que está por encima de todo aquello.
La sensación de bienestar que sientes cada vez que estás allí pesa más que cualquier otra razón.
Sentirte fuerte, segura, vital y sana. Verte mejor que nunca, sonreír a todas horas y pelear por ser mejor. Dentro y fuera.

Lo que tampoco nos explicaron es que sería complicado dejarlo.
Ya no hay marcha atrás . Ahora toca VIVIR así…, ¡disfrutando haciendo lo que más nos gusta!

Alguien debía habernos avisado de que el box se convertiría en nuestro hogar…, o mejor pensado…, ¿no ha sido mejor descubrirlo por nosotros mismos?
By Aitzi Santos.