Érase una vez…
Me gustan las historias que empiezan así.

Porque aunque no lo creas, aún quedamos las que seguimos creyendo en los cuentos de hadas y en las historias de superhéroes. Esas historias con un bonito inicio, un complicado entramado con inconvenientes y con sobresaltos y un final feliz!! 

Como la vida misma.

Como el box mismo…
( Ya estamos hablando de crossfit otra vez?!?! Cómo ha ocurrido?!?! )

Pues si, en el box también me gustan los cuentos de hadas, de príncipes y princesas, de dragones, unicornios, magia y superpoderes.

De esos que aunque tengan momentos duros acaban con un final feliz.

De esos que siempre te dan una oportunidad más para hacerlo mejor.

De esos en los que se acaba comiendo perdices ( o un plátano y un batido de protes en su defecto).

Esos cuentos con una trama complicada, de sudor y lágrimas,  pero que con esfuerzo, tesón y una gran actitud,  los protagonistas consiguen salir victoriosos.

Esos en los que la superheroína salva al protagonista de ser aplastado por una barra cargada con 80 kilos.

Esos en los que todos acaban con una gran sonrisa, exhaustos tras la batalla, con heridas y marcas de guerra, pero felices y más unidos que nunca.

Esas historias que te hacen mejor persona, que te hacen más fuerte, más feliz. Esas historias que te hacen más humano ( #bemorehuman),  mejor tú.

Porque, al fin y al cabo, cada uno se monta su cuento como quiere, no??