Me gusta mucho observar a la gente cuando hace crossfit. Me gusta ver cómo alguien se enfrenta a un WOD.

Al fin y al cabo, deporte y vida no son tan diferentes como parecen.

Me gusta enfrentarme a los problemas y propósitos del día a día como lo hago en el deporte.
Tienes una meta, una competición en una fecha concreta. Planificas tus entrenamientos, buscas los huecos en tu ajetreada agenda, cuidas tu alimentación, buscas un entrenador, te exprimes en cada wod, descansas bien antes del día de luchar un nuevo PR…, tu propósito es importante, y te esfuerzas en conseguirlo.

Sin embargo en la vida, cuando nos enfrentamos a una meta exigente o a un reto que nos hace salir de nuestra zona de confort, no siempre reaccionamos de la misma manera. Los pensamientos limitantes acceden fácilmente a nuestra mente desviando nuestra atención del verdadero objetivo y desviándonos del camino. Eso que antes de ayer parecía ser el plan perfecto para conseguir un nuevo trabajo, un ascenso o el aprobado de la oposición que llevas 10 meses preparando, hoy es una idea horrible; una agonía constante y una apatía general te convencen de que no es tan buena idea, que quizá no estés tan mal donde estás hora, que tal vez no sean mas que tonterías todos esos sueños locos que te vienen a la cabeza.

Pero como te decía al principio, me gusta observar a mis compañeros de batallas mientras peleamos un wod ( siempre y cuando mis elevadas pulsaciones, mis músculos temblorosos y mi respiración entrecortada no hagan que se me nuble la visión ).

Llegas a la clase, y te acercas a la pizarra. Ahí está el reto de hoy. Intenso, infinitas repeticiones, ejercicios imposibles, pesos inhumanos… ¿ Cómo me enfrento hoy a esto ?

 

Hay quienes nada mas llegar al box ya están protestando. Esos son los gruñones, los que estén en el ámbito que estén se comportarán de la misma manera. La primera opción siempre es refunfuñar.

Luego están los entusiastas. Todos los WODs les encantan. Definición de “Happy de la vida”.

Los pesimistas, que desde el principio creen que no serán capaz de hacerlo.

Los optimistas, que siempre creen que lo harán mejor de lo que al final sale.
Y el reloj se pone en marcha, empieza la batalla contra el minutero, y contra ti. Aunque también los hay que empiezan a competir contra todos los demás pensando que esto va de ser el “number one super machito” y alardean durante todo el WOD de que van una ronda mas que tú.

Los hay que se saltan reps. No lo he entendido nunca…, Simplemente es autoengañarse. ¿Actuarán de la misma manera frente a sus obligaciones diarias?

Están los que se rinden fácil. Los que tiran la toalla antes de acabar el entrenamiento, o los que a falta de 20 segundos para terminar deciden que no merece la pena pelear por una repetición mas.
Pero también los que deciden terminar las reps que quedan aunque el reloj haya llegado al límite.

Están los cabezotas, que por nada del mundo se dignan a hacer un ejercicio escalado si no les sale la
versión RX.

Están los que te acompañan en tu agonía cuando ellos ya han terminado; los que terminan su entrenamiento y aplauden el esfuerzo de los demás.

Están los que utilizan estrategias para todo. Y por qué no? Creo que es una buena opción, igual que deberíamos hacer con un objetivo real; Sin mas, estrategia.
Es cuestión de planificar el WOD/tu reto, no crees? Si llegas al fallo muscular quizá luego tengas que descansar mucho y tardes mas de los deseado. Si no fragmentas las repes se te va a hacer cuesta arriba llegar al número total de movimientos que tienes que hacer hoy. Piensa, divide, y ve cumpliendo mini objetivos hasta llegar al número total de repeticiones.

Piensa que no hay reto muy grande, sino pequeñas metas mal planificadas.

Enfréntate a tu próximo wod como si de un reto personal se tratara…, o quizá la lección sea a la inversa: enfrenta tu próximo objetivo personal como peleas cada WOD.

¿Reconoces a alguno de todos estos personajes descritos en tu box? ¿ Y tú quién de todos ellos eres?