«Cada hombre debe ser capaz de salvar su propia vida». Así lo dijo Earle Liederman (nacido en 1886 en Brooklyn), una de las eminencias en el entrenamiento de fuerza en su época.
Se refería a que si como en la prehistoria nuestra vida dependiera de escaparnos del ataque de un león, deberíamos ser capaces de correr, saltar y trepar a un árbol para salvar nuestra vida.
Tristemente, hoy en día, quizá no muchos sobrevivirían al ataque del león.
En 2016, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte concluía en un estudio que el 73% de los españoles son sedentarios. Y numerosos estudios han demostrado ya que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad global, causando el 10% de las muertes de Europa.
Podríamos confirmar por tanto la hipótesis de que realmente no somos capaces de salvar nuestra propia vida.
Pero como os podéis imaginar, no se trata solo de poder escapar del león, sino también de todas las enfermedades causadas por el sedentarismo, y de la falta de salud por ausencia de ejercicio.
Como os contaba en el post sobre los «5 simples hábitos que pueden sumarte mucha salud», nuestro cuerpo está diseñado para correr, saltar y cazar y con el paso del tiempo y nuestro ritmo de vida sedentario, hemos perdido la capacidad de hacerlo fácilmente.
¡Que levante la mano el que se levanta de la cama entumecido!, ¡Que levante la mano el que pasa 8 horas sentado en el trabajo, vuelve a casa sentado en el coche y se sienta en el sofá nada mas llegar a casa!, ¡Que levante la mano el que utiliza las escaleras mecánicas y el ascensor siempre que lo tiene a mano!
Demasiadas horas al día sentados, ¿no creéis?
Quizá estés pensando que tú te ves bien así como estás y que no te hace falta hacer deporte. O quizá eres de los que piensan que para desestresarte de la jornada mejor te sientas a ver una peli y no te vas a sudar al gimnasio. Pero hoy no estamos hablando de ninguno de estos 2 beneficios de la práctica deportiva. Estos vendrán añadidos al premio principal: la mejora de tu salud.
Me gusta ser rotunda en esta afirmación. Soy de las que piensa que «no existe el sedentario sano».
Basándose en restos óseos de la edad de piedra, se descubrió que el 50% de la masa corporal de un hombre era músculo y el 10% grasa. En las mujeres estos porcentajes rondaban los 45% – 15%. El hombre necesitaba estar en forma para sobrevivir y eso se plasmaba en su composición corporal.
Hoy en día, la humanidad sufre de desmusculación. Y ya no solo corremos y trepamos peor, sino que la falta de músculo la notamos en los sistemas endocrino, inmunitario y nervioso central y a medida que evolucionamos industrial y tecnológicamente, empeoramos en salud. Cada vez hay más enfermedades crónicas y accidentes cardiovasculares. Quizá vaya siendo hora de recetar sin miedo la pastilla mágica llamada ejercicio.
Algunos de los beneficios para tu salud de esta pastilla mágica que quizá no conocías son:
- El músculo produce sustancias antinflamatorias, para contrarrestar las sustancias proinflamatorias creadas cuando el tejido adiposo se llena por la ingesta de excesiva comida. Así, el movimiento, crearía un equilibrio con la producción de mioquinas, siendo éstas la solución a las agresiones inflamatorias del exceso de grasa. Es decir, si no hacemos ejercicio, viviremos en un ambiente inflamatorio crónico en nuestro cuerpo. Un alto grado de inflamación así podrá derivar en un sistema inmune alterado, obesidad, resistencia a la insulina y a la leptina, lo que provocaría a su vez cansancio, falta de energía, enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades autoinmunes, osteoporosis…, entre otras cosas.
- Por si fuera poco, el movimiento es capaz de aclarar la glucosa sin necesidad de insulina. (Con la contracción muscular se activa la proteína AMPK , que es capaz de movilizar el receptor de glucosa sin presencia de insulina).
- El ejercicio físico actúa a tantos niveles (cerebral, muscular, metabólico, inmunitario…) que es el verdadero regulador de los sistemas corporales.
- El músculo es el gran reservorio de glutamina. La Glutamina mejora el sistema nervioso por su influencia en la produccion de GABA, mejora las mucosas del aparato digestivo y es un proveedor de energía clave a las células del sistema inmune y de este modo contribuye a la estabilización del sistema inmunológico.
Para que te hagas una idea de lo que todos estos datos significan, el 10% de pérdida de masa muscular se corresponde con un aumento del 10% de la mortalidad. Una pérdida del 20% aumenta un 20% el índice de mortalidad, y perder un 40% de nuestra masa muscular nos puede literalmente matar.
Bueno qué, ¿te has levantado ya del sofá y estás como loco haciendo sentadillas? ;).
Sólo necesitas 20 o 30 minutos. Realiza movimientos funcionales variados que respondan a distintos patrones motores y variados en intensidad, para obtener beneficios significativos en tu bienestar, en tu vitalidad y en tu salud emocional.
¿Cuándo empezamos?
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