Como te contaba la semana pasada, estas fechas son propicias para empezar todas esas cosas que a lo largo del año vamos abandonando pero que en realidad siempre tenemos ganas de hacer.

Somos así, empieza la semana y es el momento perfecto para empezar al gimnasio o la dieta. Empieza el mes y nos parece la fecha ideal para apuntarnos a la academia y ya si empieza el año, pues qué te voy a contar… Pues eso, que empieza el año y nos salen chispas por las orejas de la de cosas que vamos a hacer.

Lo malo es que antes de que acabe el primer mes del año casi siempre nos hemos desinflado y una vez mas, dejamos todo a medias.

Pero este año podríamos intentar no hacerlo.

¿Qué tal si nos comprometemos a llevar a cabo nuestros propósitos?
En el post anterior os hablaba de la importancia de ir revisando periódicamente nuestra lista de objetivos para el 2016 y de pensar en un plan de acción lógico y con sentido para conseguir alcanzar nuestras metas.

Hoy vamos revisar cómo hemos escrito la lista en sí.
– escribe cada propósito de manera que cada uno de ellos contenga un verbo que implique una acción;
– cada objetivo tiene que ser medible, para poder hacer un control y un seguimiento;
– que las metas sean realistas y alcanzables, para que sea verdaderamente motivador ir acercándote a tu objetivo;
– que a su vez sean proyectos ambiciosos , ya sabes lo que me gusta a mi lo de “soñar en grande” .

Quizá pienses que estos dos últimos puntos se contradicen entre sí, pero no es así. De todo objetivo ambicioso puedes sacar metas intermedias mas fácilmente alcanzables. Conseguirlas hará que tu motivación vaya en aumento y tu ilusión por lograrlo permanezca intacta.

Ya tienes todo para empezar, y 2016 ya está en marcha, ¿te vienes conmigo a hacer que sea el mejor año de nuestras vidas?