O mejor dicho, ¿ crees en el amor a primer WOD ?
( WOD: workout of the day/entrenamiento del día).
Al fin y al cabo, es prácticamente lo mismo: un subidón indescriptible de endorfinas que te deja anonadado esperando a la siguiente cita.
Así me quedé yo el día que fui a probar por primera vez una sesión de Crossfit.
Aquel día en la pizarra del box estaba escrito el nombre «Chelsea». Si no estás familiarizado con la jerga crossfitera, te explico rápido lo que significa: en Crossfit se usan nombres de mujer para identificar unos WODs muy concretos. Para que os hagais una idea, os copio textuales las palabras del propio creador del método, Coach Glassman:
I thought that anything that left you flat on your back, looking up at the sky asking «what just happened to me?» deserved a females name. Workouts are just like storms, they wreak havoc on towns. / Pensé que algo que te dejara tendido en el suelo y mirando al cielo preguntándote » ¿qué ha pasado aqui?», merecía un nombre de mujer. Los entrenamientos son como las tormentas, causan el caos en la ciudad.
Chelsea, gran nombre de mujer, que dificilmente podré olvidar:
«CHELSEA» EMOM 30′ ( Each Minute on 30 minutes/ cada minuto durante 30 minutos):
- 5 pull-ups ( dominadas)
- 10 push-ups ( y no estoy hablando de ningún tipo de sujetador o legging que te ayuda a subirlo todo, sino de flexiones )
- 15 squats ( y fíjate por dónde, estas si te ayudan a poner algo en su sitio, las sentadillas ).
Después de la clase, mientras subía la escalera hacia el vestuario con las piernas temblando, pensé:
«qué ha pasado ahí dentro? Yo, que he hecho triatlones hasta el año pasado…, que he dado cientos y cientos de clases dirigidas y llevo un porrón de años haciendo deporte…, yo que pensaba que estaba en forma! ( Y ahora podéis imaginarme a mí con cara de emoticono llevándome las manos al rostro de puro estupor).
Creo que en ese mismo instante nació el amor. Supe que el Crossfit y yo íbamos a tener una estrecha y larga relación. No me preguntes por qué, son esas cosas que se intuyen.
Desde ese día ha pasado ya mas de 1 año y salvo causas de fuerza mayor, el Crossfit y yo nos hemos hecho inseparables.
Independientemente de los cambios y las mejoras obtenidas desde que lo practico y de lo que ha transformado mi cuerpo ( y aquí añadiría un «gracias sentadillas profundas por aparecer en mi vida»), me siento fuerte, sana, ágil y en forma. Me siento bien.
Y lo más importante, hace que salga constantemente de mi zona de confort, que me plantee retos y que haga que esté en continuo aprendizaje y evolución.
Y podría escribir hojas y hojas sobre esto; os contaría mil cosas mas sobre nuestra relación, pero no va a ser hoy…
Esto ha sido solo una pequeña introducción a mi sección » Una crossfitera por el mundo «.