Un día más vengo a hablaros de mis Irongirls.
Qué orgullosa estoy de ellas!! De ellas y de todos los colaboradores que están pasando por el proyecto. Estoy contenta de haber acertado con el enfoque que le he dado. Como os contaba en el post anterior, quería que fuera algo más que un proyecto para entrenar y la verdad es que, viendo lo emocionadas y felices que terminamos todas las quedadas, creo que lo estoy consiguiendo.
El sábado volvimos a reunirnos, esta vez para recibir una clase magistral de ciclo-indoor de Edu Zapata.

Edu y yo hemos coincido durante mucho tiempo trabajando y sabía una vez más que las Irongirls iban a salir encantadas. Nada más y nada menos que una sesión de 1h y 8 min la que nos tenía preparada Edu para la ocasión, con subida simulada al vivero ( del BilbaoTriathlon) incluida. Pero su gran capacidad para motivar y empujarte cuando tu cabeza te empieza a decir que no puedes más, hizo que todas finalizaran la clase felices, sonrientes, satisfechas y emocionadas!!
Habían visualizado su entrada en meta; y lo hicieron tan bien que se derramó alguna lagrimilla de emoción, de esas que se caen cuando consigues tu reto, cuando llegas alto, cuando llegas a donde quieres llegar .
Sabes de que te hablo, ¿verdad?
Ese sensación , las mariposas en el estómago, el cosquilleo en la nariz y después, irremediablemente, las lágrimas de felicidad nublando tu visión para que solo veas ese gran momento con tu corazón.
El sábado lo pudieron sentir, estoy segura. Lo vi en sus ojos.
Edu consiguió llevarnos hasta la meta con esfuerzo, lucha y superación, ( y digo «llevarnos» porque aproveché para disfrutar de la clase y del gran entrenamiento entre las chicas).
3 palabras que definen muy bien este deporte, el Triatlón, pero que de igual manera lo hacen con la vida misma.
