“Dicen que acabamos enseñando lo que más necesitamos aprender”. Cuando escuché esta frase en una de las clases del máster de psiconeuroinmunología supe que en mi caso era totalmente cierto.

Por esa razón estaba allí. Por eso, y porque el destino un buen día decidió ponerme delante el máster de mis sueños sin ni siquiera saber hasta entonces que existía.

Hace aproximadamente 4 años que fui diagnosticada con hipotiroidismo de Hashimoto.

Cuando tu cuerpo sufre este tipo de enfermedad autoinmune, todo empieza a ir mas lento. Metabólica y energéticamente el cuerpo no funciona como debería hacerlo. El tiroides es la glándula que regula el ritmo del cuerpo, y si esta no da las órdenes correctas para convertir la T4 en T3, muchos procesos del cuerpo no funcionan como deben.

Esta noticia, tras llevar bastante tiempo más cansada de lo normal, sin energía, con una mala termorregulación y un pésimo rendimiento deportivo, no fue una noticia de muy buen grado.

Significaba 2 cosas. La primera, que ese cansancio no era algo puntual, sino que era causado por algo que no iba bien en mi cuerpo. O como yo lo veo, algo que hasta entonces si funcionaba, había dejado de hacerlo. Y la segunda, que la solución que me daban era tomar una pastilla para el resto de mi vida, controlando periódicamente los niveles de TSH para regular y aumentar la medicación a medida que mi cuerpo se acostumbrara a ella. Y esto significaba que no había solución, que lo que tenía no se curaba y tendría que usar un parche (cada vez uno más grande) para siempre.

Si sufres de hipotiroidismo y estás leyendo esto, quizá te suene lo que te estoy contando. Es cierto que no todo el mundo tiene los mismos síntomas, pero hay casos (el mío entre ellos) que cursan con muchísima y muy variada clínica. Hay días en los que te encuentras genial y otros en los que parece que un camión te ha pasado por encima. Hay temporadas en las que los demás sistemas funcionan como deben, y otras en las que no tienes el periodo, te hinchas sin razón, te salen manchas, la calidad del pelo y de la piel empeora, tu ánimo es deprimente o el colesterol se te dispara…

Es todo “normal”. Y cuando digo “normal” me refiero a que todos son síntomas causados por el mal funcionamiento del eje tiroideo y por consecuencia de esto, también el de los demás ejes neuroendocrinos.

Normalmente esto sucede hasta que la TSH se regula y a partir de ahí, la persona puede hacer vida completamente normal.

El mayor problema está en los otros muchos casos en los que pese a que las analíticas estén bien, hay factores que hacen que tu cuerpo no se acabe de centrar y se van sucediendo etapas buenas, no tan buenas y etapas muy malas.

Yo empecé con el tratamiento, una pastilla cada mañana, y tras unos meses parecía que iba recuperando el ritmo y mi nivel de energía volvía a ser el acostumbrado. Aún así, haciendo deporte no me encontraba nada bien, sobre todo a la hora de hacer trabajo metabólico o cardiovascular, ya que las pulsaciones se disparaban al más mínimo esfuerzo. Un médico deportivo al que consulté me dijo que también eso era “normal” y que tardaría en regularse.

Que te digan que es “normal” tranquiliza en parte. Al menos sé que no me estoy volviendo loca, que no me estoy obsesionando y que no tengo nada más. Pero por otra parte, saber que es “normal” significaba que esa iba a ser mi normalidad a partir de ese momento, y para mi fue un golpe muy duro. Hacer deporte se empezaba a convertir en una agonía en lugar de un disfrute. Era como empezar a hacer deporte desde cero, y aún así, mi cuerpo tampoco respondía a la lógica de la teoría del entrenamiento. Habiéndome dedicado durante más de 10 años a ser entrenadora personal, a enseñar y prescribir deporte, incluso la seguridad en mí misma se tambaleaba en la cuerda floja al no poder obtener buenos resultados en mi rendimiento. De repente, no entendía mi cuerpo, y lo que es peor, él tampoco entendía lo que yo le pedía.

Retomando el principio de la historia, un día se cruzó en mi camino el máster de Psiconeuroinmunología y evidencia científica, justo en un momento en el que andaba con ganas de ampliar mi formación universitaria, quizá algo relacionado con la nutrición, con el deporte o con la salud. Y lo encontré todo en uno. No tuve dudas de que era lo que sin saberlo, estaba buscando.

¿Y qué es la PNI? A mi me gusta definirlo como «la SALUD en mayúsculas». Saber cómo funciona el cuerpo cuando está sano y por qué mecanismos se enferma. De esta manera, poder evitar y prevenir la enfermedad desde nuestros hábitos, la alimentación, el deporte, el descanso, nuestra actitud ante la vida y la regulación del estrés.

Desde el mes de octubre de 2016, y con ayuda de mis profesores de Regenera, soy mi propia paciente como psiconeuroinmunóloga. Desde entonces, han empezado a mejorar muchas cosas.

Estudiar PNI ha abierto ante mi un mundo nuevo, un marco más amplio y global de la concepción de salud, y lo que es más importante, una nueva y más bonita realidad que voy forjando con nuevos conocimientos y experiencias.

Porque la salud es mucho más que la ausencia de enfermedad. Salud es sentirte bien física, social y emocionalmente.

Para mí, vida normal y sentirme bien incluye practicar mi deporte preferido, el Crossfit, rendir bien, ver resultados y mejorar mis marcas. Sentirme vital y fuerte, reírme a todas horas y tener ganas de hacer cualquier cosa. Porque me gusta, porque es como disfruto.

Hasta hace poco, todo esto me estaba resultando complicado. Mi cuerpo no tenía energía para mantener el ritmo que yo quería y no veía los resultados que buscaba. Alguna lesión, periodos largos de muy baja energía y no poder entrenar, mal rendimiento, estancamiento deportivo, subidas y bajadas, no poder quitar ni un par de kilos de grasa porque mi cuerpo solo pensaba en ahorrar todo lo que pudiera para sobrevivir…

Si, ya sé que no os había contado todo esto.

Hoy quiero hacerlo. Quiero compartirlo con vosotros, porque sé que ahora puedo ayudaros. Sé que al otro lado hay mucha gente con síntomas parecidos, con enfermedades metabólicas, con enfermedades autoinmunes de las que no ven la salida, personas que no son capaces de adelgazar pese a hacer las cosas aparentemente bien, y como consecuencia, con muy pocas ganas de hacer todas las cosas que hacían antes, cuando su salud estaba intacta.

Hoy puedo deciros que empiezo a rendir mejor de nuevo. Que tras mucho tiempo practicando crossfit, ahora empiezo a ver resultados de los entrenos.

Que tras mucho tiempo «apagada» , he vuelto a verme brillar.

Cuando sales de la tormenta no eres la misma persona que entró en ella. De eso se tratan las tormentas.

Y quiero que tú también lo hagas.

A partir de este mes, en el blog podrás encontrar una nueva sección, donde compartiré con vosotros posts relacionados con la salud, con las enfermedades autoinmunes, con la alimentación real, con hábitos de vida y con todo lo relacionado con temas importantes para mejorar nuestra calidad de vida; todo lo relacionado con la PNI explicado de una manera fácil y de «andar por casa».

No dudéis en poneros en contacto conmigo para saber cómo puedo ayudaros. Porque colaborar a que la gente pueda vivir mejor, buscar su mejor versión, cambiar sus vidas…, es mi POR QUÉ.

*Fotos del post de Martu Barcelona y Lady Magenta